Este modestísimo equipo de F1, propiedad del empresario y aficionado al automovilismo italiano Ernesto Vita, pensaba participar en el campeonato de 1989 pero se dieron cuenta que no podían pasar “crash” test. Sin embargo, no sería hasta el año siguiente cuando podían “intentar” participar.
El coche era muy lento, por varios factores. El primer lugar, el motor tenía 450-500 caballos de potencia, cuando la mayoría de los motores superaban los 700. El chasis L190 era el más pesado de la parrilla, suspensiones de bajo presupuesto, manejabilidad súper dura, una fiabilidad catastrófica del motor, pocas funciones (tenía menos de 10 botones contando cockpit y volante), no tenía radio y graves problemas en el túnel de viento. Llegaron al comienzo de la temporada contentos y sumamente preparados: contaban con un chasis, un motor, dos o tres piezas de recambio y ni un solo kilómetro de entrenamientos a sus espaldas. Por ello no es de extrañar que, en la preclasificación de la carrera inaugural de 1990, el Life rodara a 34 segundos del último. No hace falta decir que, con semejante lentitud, no les permitieron ni tomar la salida, por lo que no pudieron disputar la carrera al no superar el mínimo de tiempo por vuelta establecido por la FIA para ello. En la siguiente preclasificación, el Life iba a ¡¡50 SEGUNDOS POR DETRÁS!!
En el GP de España decidieron cambiar el motor Life W12 por un Judd V8, pero los resultados fueron como los anteriores. Finamente Ernesto vio inútil seguir tirando el dinero para hacer el ridículo y que se rieran de él, y abandonó la categoría a falta de 2 carreras para el final de la temporada.
En resumen: LIFE fue una broma y un insulto para los aficionados a este deporte con las peores condiciones jamás vistas.
El Life de 1990, de aspecto similar a un Ferrari.
El "revolucionario" motor W12. De revolucionario sólo tuvo su nombre, porque realmente... era un desastre!!!
Nota extraída de:
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