Anulan en una sorpresiva y polémica decisión el juicio político a la presidenta de Brasil Dilma Rousseff

Un nuevo giro en la impredecible crisis política brasileña deja en el aire la inminente salida de la presidenta Dilma Rousseff del poder. El volantazo viene de un personaje hasta poco secundario, el actual presidente en funciones del Parlamento brasileño, Waldir Maranhão, que ha anunciado este lunes la anulación del proceso de destitución de Rousseff, aprobado en el Congreso de los diputados entre los días 15 y 17 de abril. La decisión tomó por sorpresa hasta a la presidenta e interrumpe la continuación del proceso que debía votarse este miércoles en el Senado. La oposición, noqueada por el imprevisto, estudia como sortear y recurrir la orden.

Maranhão basa su iniciativa en la demanda de la Abogacía General de la Unión (AGU) que denunció por lo menos cuatro ilegalidades cometidas durante la sesión de votación que dejó a Rousseff un paso más cerca de abandonar la presidencia. La principal irregularidad mencionada por la AGU se refiere a que los líderes partidarios no deberían haber orientado la votación de sus correligionarios, para evitar la violación de la libertad individual de los diputados. La AGU cuestionó también las motivaciones de los votos declaradas por los diputados, la gran mayoría justificados por la familia o por Dios, así como que las intenciones de voto de los parlamentarios fuesen ampliamente divulgadas en la prensa antes de la votación. Maranhão defiende además que tras la votación, la defensa de Rousseff, la propia AGU, tenía derecho a intervenir en último lugar, algo que no ocurrió.

El próximo paso del proceso de destitución estaba previsto este miércoles, cuando el Senado iba a votar la decisión, ya refrendada en el Parlamento por 367 votos a favor, frente a 137 contra. Rousseff y sus aliados ya daban por descontado que una mayoría simple de los 81 senadores apoyaría su salida de la presidencia por, por lo menos, 180 días, hasta el proceso concluir con su destitución definitiva. La salida de Rousseff se veía tan próxima que la propia presidenta estaba pensando con qué tipo de rito abandonaría el Palacio de Planalto, mientras que su sucesor, el vicepresidente Michel Temer, elegía a sus nuevos ministros.

Con su decisión, sin embargo, Maranhão exige ahora que el proceso salga del Senado y vuelva a la Cámara Baja para deliberar las irregularidades en cinco nuevas sesiones. El cumplimiento del calendario previsto es una incógnita y la incertidumbre es enorme hasta para la presidenta Rousseff: “No tengo la información oficial. No sé las consecuencias, tengan cautela. Vivemos una coyuntura de artimañas. Tenemos por delante una disputa dura, llena de dificultades. Pido encarecidamente a los parlamentarios cierta tranquilidad para lidiar con esto”, declaró la durante un acto oficial al enterarse de la suspensión.

Tras el anuncio, la Bolsa de Valores de São Paulo perdió durante la mañana un 3,44% y las acciones de las principales empresas se desplomaron. Los especialistas jurídicos, así como la oposición, analizan ahora si la decisión de Maranhão se sustenta legalmente y cuáles serán las consecuencias en el proceso. Thomaz Pereira, profesor de Derecho de la Fundación Getúlio Vargas, cuestiona la autoridad de Maranhão para revertir un proceso autorizado por el Congreso y que ya está en el Senado, informa Gil Alessi. Por otro lado,Marcelo Cattoni, profesor de derecho constitucional de la Universidad de Minas Gerais, defiende que solo los errores técnicos mencionados por Maranhão ya sustentan la anulación. De momento, el senador Raimundo Lira, presidente de la Comisión Especial del Impeachment, ha declarado que la decisión de Maranhão no tiene efecto práctico y que la votación se realizará, igualmente, el miércoles.

Maranhão sustituyó la semana pasada a Eduardo Cunha, principal impulsor del proceso de impeachment y que perdió su cargo por orden del Tribunal Supremo. Cunha, imputado por su participación en la red corrupta de Petrobras, fue acusado de abusar de su posición en la presidencia del Congreso para obstaculizar los procesos que hay contra él. Maranhão, cuya competencia para comandar la Cámara está siendo cuestionada por varios diputados, también está siendo investigado por su implicación en la trama de la petrolera. El diputado, del conservador y religioso Partido Progresista, es, según la declaración de uno de los implicados en el caso, uno de los beneficiarios de las propinas desviadas de Petrobras.

Maranhão, formado en veterinaria, era considerado un aliado de Cunha, pero votó contra la destitución de la presidenta por lealtad al gobernador de Maranhão, Flavio Dino, del partido comunista y fiel escudero de Rousseff.

Información extraída de:

http://internacional.elpais.com/internacional/2016/05/09/america/1462807439_526776.html