lunes, 15 de agosto de 2016

Juan Martín del Potro medalla de plata en los Juegos Olímpicos confirmando que está de vuelta en la elite del tenis luego de su larga lesión




RÍO DE JANEIRO -- Está de vuelta. De vuelta entre los grandes. A seis meses de su regreso al circuito, Juan Martín del Potro les recordó a todos en Río de Janeiro que es una figura de primera línea. El ex-Nº4 del mundo y campeón del US Open 2009 dejó en claro, tras varias operaciones de muñeca, que si está bien físicamente es un auténtico Top 10 y por qué no Top 5. Es que derrotó a dos figuras del calibre de Novak Djokovic y Rafael Nadal, se convirtió en el único tenista argentino con dos medallas olímpicas y ratificó que sus colegas lo respetan tanto porque es un fuera de serie.

A un mes de cumplir 28 años, la potentísima Torre de Tandil, en su segunda participación olímpica, hizo nuevamente podio. Había sido bronce en Londres 2012 y ahora se llevó la presea de plata, detenido solamente por Andy Murray en la finalísima, imitando lo hecho por Gabriela Sabatini en Seúl 1988. Así, no pudo ser el primer tenista de su país en obtener oro en Juegos Olímpicos, pero su torneo sí fue de oro.

Sabatini había sido la pionera del deporte blanco de Argentina en subirse a un podio olímpico, mientras que después llegaron tres medallas de bronce, vía Javier Frana y Christian Miniussi en dobles en Barcelona 1992, Paola Suárez y Patricia Tarabini en dobles en Atenas 2004 y el propio Del Potro en singles hace cuatro años. Ahora Delpo repitió y lo hizo con un tenis de alto vuelto, como en sus mejores días, sumando dos triunfos más sobre rivales Top 10.

Llegó a jugar su 26ª final, para sorpresa de casi todos, en un torneo en el que el sorteo le había deparado cruzarse con Djokovic, el mejor de todos. Tuvo una tarea soberbia y después mostró autoridad y presencia, apoyado en su gran saque y su letal derecha, para quitarse rivales accesibles hasta librar otra batalla con Nadal, al que frenó en semifinales. Y pensar que hace seis meses recién retornó a la competencia, para estar hoy ya cara a cara con los dueños de la elite, de donde nunca debió salir, de no haber sido por sus problemas físicos.

Con sus armas, esos dos terribles golpes, más un revés que poco a poco va soltando más, Del Potro mostró una gran fortaleza mental para hacerse fuerte en determinados momentos adversos. Y fue así como se metió en su primera final en dos años y medio, desde que ganó el ATP de Sídney en 2014, en canchas duras, sus favoritas. Sí, muy similares a la de su querido US Open y a las de Río de Janeiro.

Mucho más maduro, curtido por los impactos de las operaciones y ese riesgo de haber visto el retiro muy cerca, se gozó a un Del Potro distinto ya que disfrutó muchísimo del clima olímpico. Ya no es aquel pibe que sorprendió al mundo entero cuando les ganó a los mejores y conquistó el Grand Slam de Nueva York, porque ahora mostró otra faceta, la de compartir festejos con sus fanáticos, abrazando a algunos tras su memorable victoria sobre Nadal en semi, por ejemplo. Así fue como actuó en la primera cita olímpica en suelo sudamericano en toda la historia, más suelto, sonriente, sabiendo el valor de haber sido parte. En realidad, fue parte muy importante, bañándose otra vez de gloria.

De esa casta de los elegidos es el gigante tandilense, quien se mostró enfocado, aún con cansancio a cuestas y después de mucho tiempo sin escalar tanto en un certamen tan importante. Muchos se preguntaron, durante su paso por Río, cuál era su posición en el ranking mundial. Y volvió a quedar en claro que su actual 141º puesto es totalmente mentiroso, ya que recién volvió en febrero. Una pena, realmente, que los Juegos Olímpicos no hayan otorgado puntos para la clasificación, ya que con su gran actuación podría haber escalado y recuperado muchísimo terreno.

Igual, si sigue así, lo hará en breve. Sí, porque es grande y no sólo en lo corporal. Es que por algo en su histórica coronación en el US Open 2009 aplastó a Nadal en semi y venció a Roger Federer, en su única final en un Grand Slam. Por algo, además, mientras su físico se lo permitió, vivió otros momentos soñados, como las semis de Roland Garros 2009 y Wimbledon 2013 (sólo superado por figuras), la final de las Finales ATP 2009 y el conocido bronce en Londres 2012.

No por un capricho del destino un jugador consigue 37 triunfos sobre rivales Top 10, como lo hizo Del Potro, claro. Además, en el último mes y pico, se dio el gran gusto de imponerse a Stan Wawrinka en Wimbledon (estaba 5º) y, ya en Río, a Djokovic (1º) y Nadal (ahora 5º). Esto ratifica el por qué del gran respeto que le tienen todos sus rivales y, de hecho, a Djokovic no le había gustado el sorteo en estos Juegos al depararle ese cruce con el argentino en primera ronda.

Por eso mismo, su calidad y potencial, y el poder de un drive que hizo añicos en sus rivales. De hecho, Del Potro acumula 16 victorias contra el Big Four, con cinco ante Federer, cinco contra Nadal, cuatro sobre Djokovic y dos frente a Murray. Sin dudas, de primera. Y en Río se dio el placer de ganarles a dos Top 5 en un mismo torneo como no lo hacía desde Indian Wells 2013, cuando eliminó a Murray (3º) y Djokovic (1º), para caer contra Nadal (5º) en la final.

La misma Torre de Tandil que hace un mes volvió a la Copa Davis, tras casi cuatro años, aportando un punto clave en dobles, ahora se ilusiona en grande con lo que viene. Llega una gran semifinal dentro de un mes en Glasgow, contra la Gran Bretaña de Murray, actual campeón de la ensaladera de plata. Por eso este paso por Río fue clave para aumentar su confianza con vistas al US Open y para esa semi copera, ya en condición de líder y siendo clave para jugar dos singles en superficie rápida.

Sólo Murray, finalista este año en Australia y Roland Garros (perdió en ambos casos con Djokovic) y campeón de Wimbledon, logró detener la marcha de Del Potro. Con su tenis completo y mucha estrategia a cuesta, el escocés pudo frente al argentino para transformarse en el primer tenista, incluyendo a las mujeres, en ganar dos oros olímpicos en singles. Nada más y nada menos.

"Vuelvo a vivir algo soñado", fue una frase que repitió seguido Del Potro durante su estadía en Río. Y vaya si fue soñado lo que hizo. Claro, y lo que se viene, con un futuro muy promisorio, a la altura de un grande en serio, un grande de verdad. Por eso, el metal que se colgó en el pecho fue plata, pero lo suyo resultó de oro.


Información extraída de:

http://www.espn.com.ar/tenis/nota/_/id/2760103/del-potro-confirmo-que-esta-de-vuelta-entre-los-grandes

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