Se cumplen dos años de la muerte del Fiscal Alberto Nisman

Alberto Nisman fue encontrado muerto por su madre, Sara Garfunkel, la noche del 18 de enero de 2015 en el baño del departamento que alquilaba en el barrio porteño de Puerto Madero. Tenía un balazo en la cabeza. A dos años de este episodio, el único punto que nadie discute es que la bala salió de la pistola Bersa calibre 22 que le prestó al fiscal su colaborador informático en la Unidad Fiscal Amia, Diego Lagomarsino.

El año que acaba de terminar dejó pocas novedades en la investigación de la violenta muerte de Nisman y se consumió en idas y vueltas procesales.

En ese marco, el expediente terminó recayendo en la órbita de la Justicia federal (así lo confirmó la Corte Suprema de la Nación en septiembre pasado), tal como venía reclamando la exesposa del fiscal, la jueza federal Sandra Arroyo Salgado.

Para la madre de las dos hijas del fiscal Nisman no hay dudas respecto de lo ocurrido: “Se trató de un homicidio”, ha sostenido la magistrada.

En la causa, sólo Lagomarsino está imputado. El informático, quien cobraba un salario de 41 mil pesos en la unidad fiscal especial para la Amia, declaró ante la Justicia que, por pedido de Nisman, le llevó la pistola el sábado 17 de enero y se la entregó, envuelta en una gamuza, en el departamento de Puerto Madero.

Pero en este 2017 la causa, que ya acumula unas 14 mil páginas, podría avanzar algunos casilleros. El timón de la investigación quedó en manos del fiscal federal Eduardo Taiano. Y el funcionario ya pidió algunas medidas de prueba, las cuales fueron habilitadas por el juez de la causa, Julián 
Ercolini.

La investigación quedó en la Justicia federal por la posibilidad de que la muerte de Nisman haya tenido alguna relación con la causa Amia, que desde 2006 lo tenía como investigador exclusivo, aunque acompañado y asesorado por el exjefe de operaciones de la Side Jaime Stiuso. La muerte de Nisman se trató de un caso de “gravedad institucional”, se argumentó.

Taiano indicó un camino por seguir: pidió investigar a Sergio Berni, exsecretario de Seguridad del gobierno anterior; al primer juez de la causa, Manuel de Campos; a la exfiscal (ya jubilada) Viviana Fein y a los policías que participaron en los primeros peritajes. El fiscal sostiene que el operativo ocurrido en el departamento de Nisman fue muy desprolijo y presume que podrían haberse destruido pruebas.

Otra de las medidas pedidas por Taiano, y que debería concretarse este año, es la conformación de una nueva junta interdisciplinaria, que estará a cargo de Gendarmería, para analizar “la totalidad de los elementos probatorios”, a los fines de saber si se trató de un homicidio o de un suicidio.

En marzo de 2015, Arroyo Salgado presentó un trabajo con 12 puntos, encargado a peritos propios, en el cual se concluyó que Nisman murió asesinado el sábado 17 de enero.

Pero la investigación impulsada por la fiscal Fein, en cambio, fijó en la mañana del domingo 18 de enero la muerte de Nisman. Los 13 peritos oficiales que participaron de la autopsia y de otros estudios concluyeron que no hay indicios de la participación de otra persona en la escena del crimen. “Hay muy buen material de fotos”, afirmó Luis Olavarría, uno de los peritos. “No encuentro elementos para pensar que hubo otra persona en el baño”, sostuvo.

El primero de los 17 comunicados que emitió Fein dice que la autopsia realizada al cadáver en la morgue judicial arrojó que “en la muerte de Nisman no hubo intervención de terceras personas”.

En el comunicado quinto, a 12 días de la muerte de Nisman, Fein informó que “en remera, short, pistola, cargador, cartuchos y vainas se halló un mismo perfil genético que coincide con el perfil genético (de Nisman)”.

“Si bien a lo largo de la investigación se han practicado dos juntas de expertos (una médica y una criminalística), lo cierto es que ninguna de las dos ha permitido aproximarse a la muerte de Nisman”, dijo, en cambio, Taiano.

El contexto en el cual ocurrió la muerte del fiscal habilitó muchos interrogantes. Cuatro días antes, Nisman había presentado una denuncia contra la entonces presidenta Cristina Fernández, contra el canciller Héctor Timerman y contra otros, a quienes acusó de pactar impunidad para los iraníes acusados en la causa Amia.

La exmandataria primero avaló la hipótesis del suicidio. Pero en la misma semana, dijo estar convencida de que se trataba de un asesinato. Mientras, el kirchnerismo enlodó la figura del magistrado muerto.

Nisman debía exponer su acusación ante una comisión de diputados el lunes 19 de enero. La denuncia fue desestimada en algunas instancias judiciales, pero en diciembre la Cámara de Casación Penal ordenó reabrir la investigación. El fiscal Gerardo Pollicita ya pidió 49 medidas de prueba.

Se sabe que horas antes de morir Nisman intentó comunicarse “en reiteradas ocasiones” (dice el expediente) con Stiuso, expulsado poco antes de la Side y quien había colaborado en la denuncia contra la expresidenta. El espía no lo atendió. Stiuso ya dio su versión del hecho: Nisman fue asesinado por un comando iraní-venezolano. Sin aportar pruebas, cuesta separar ese testimonio de su pasado de espía.


Información extraída de:

http://www.lavoz.com.ar/politica/la-muerte-del-fiscal-nisman-14-mil-paginas-dos-anos-y-ninguna-respuesta